Su principal peculiaridad ha sido siempre su carácter mágico-religioso, con obras de madera, piedra o marfil, enmáscaras y figuras exentas de carácter más o menos antropomórfico. La primera producción de cierta relevancia fue la cultura Nok, en el primer milenio a.C., situada en el norte de la actual Nigeria. En Sudán se desarrollaron las culturas kerma y meroe, caracterizadas por sus monumentales construcciones en barro, sus armas y su cerámica. En Etiopía destacó la ciudad de Aksum, siendo de remarcar sus estelas en forma de pilares monolíticos, de carácter funerario, de hasta 20 metros de altura. En Zimbabuefloreció la cultura Monomotapa (siglos XI-XV), cuya capital, Gran Zimbabue, fue una de las ciudades más grandes de toda África. EnIfé (Nigeria), de cultura yoruba, surgió en los siglos XII-XIII una notable escuela de figuras en terracota, de gran naturalismo. De esta época datan también las iglesias talladas en la roca de Lalibela, en Etiopía. En Malí destacaron las construcciones en adobe, como la Gran Mezquita de Djenné, datada inicialmente del siglo XIII pero reconstruida varias veces.
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